Entender el comportamiento de los roedores
Establece un enfoque planificado para el control de roedores desarrollado para hacer frente a los retos particulares de las infestaciones más frecuentes y períodos prolongados de colocación de cebos según la opinión de los profesionales. Y lo hace a la vista de la creciente necesidad de garantizar la seguridad de los alimentos y de proteger a las especies ajenas al objetivo.
En esta sección, además de promover activamente el uso responsable de rodenticidas, se ha combinado una receta práctica para obtener los máximos beneficios a partir del comportamiento natural de los roedores y así lograr el control más acertado, seguro y sostenible de ratas y ratones.
Y lo que es igual de importante, ofrece a los profesionales la oportunidad de aumentar al máximo la rentabilidad además de la eficacia de sus operaciones de control de roedores al permitirles ahorrar el mayor de los costes en cualquier tratamiento: el tiempo, que adquiere un valor especial dadas las presiones económicas y operativas de hoy día.
Un reto cada vez mayor
Presiones actuales sobre el control
Las ratas y ratones siempre han consumido y contaminado los alimentos, han propagado enfermedades y dañado edificios y equipos.
Mientras que tradicionalmente las infestaciones de roedores se han controlado cuando éstas han alcanzado unos niveles molestos, las normas de salud, higiene y seguridad actuales hacen que el control efectivo y verificable de los roedores sea cada vez más importante a lo largo de todo el año.
No obstante, en la industria alimentaria, algunas instalaciones pueden suspender las inspecciones si se encuentra un ratón muerto.
La necesidad de proteger los alimentos y a los animales ajenos al objetivo frente a los rodenticidas ha sido objeto de crecientes obstáculos sobre cómo y dónde pueden ser utilizados.
Como resultado, cada vez se está teniendo más cuidado en la colocación de cebos con rodenticidas que se están utilizando con mayor moderación y en contenedores de cebos cada vez más seguros.
Aunque esto resulta de gran valor para la seguridad de los alimentos, mascotas y medioambiente, supone una serie de limitaciones serias para el control eficaz de los roedores.
Crecientes problemas sobre el control
- En el caso de los ratones, la resistencia fisiológica no representa el problema generalizado que supone el uso de los anticoagulantes de primera generación como la Warfarina.
- En el caso de las ratas, ya ha quedado demostrado que las bajas cantidades de consumo de cebo son la razón principal para que el control no sea satisfactorio, sobre todo cuando las fuentes alimenticias alternativas son relativamente abundantes.
En algunas áreas urbanas europeas, se ha identificado una resistencia conductual en el caso de los ratones domésticos, ya que hay poblaciones que rehúsan alimentarse con cebos basados en cereales dado que no pueden digerirlos.
De forma más generalizada, el problema clave en el caso de las ratas es su gran recelo natural hacia los objetos nuevos y desconocidos: neofobia. Esto puede llevar a que tarden en consumir un nuevo alimento 10 días o más y aún así a que sólo lo hagan en cantidades pequeñas hasta que estén seguras de que es seguro, y sobre todo, si se les coloca en un lugar o de una manera desconocida para ellas y hay otros alimentos alternativos que pueden consumir con facilidad.
De hecho, en los últimos años se ha asociado un consumo extremadamente bajo de cebo a unas tasas de supervivencia de más del 50% en algunas poblaciones de ratas marrones tratadas.
Si tenemos en cuenta que bajo condiciones favorables cada 3-4 semanas nacen ocho ratas, unas tasas de supervivencia de tan sólo un 20% implican que las poblaciones tratadas puedan restablecerse en un mes aproximadamente, lo cual subraya el alcance del problema.
Mayores períodos de control
Ante estas circunstancias, no es de extrañar que actualmente algunos cebos para ratas tengan que ser administrados y conservados in situ durante más de cinco semanas para lograr un control eficaz.
Pero aparte de aumentar el período en el que la unidad sufre el daño y la contaminación de los roedores, el tener que colocar cebos durante mayores períodos de tiempo aumenta el peligro potencial para las mascotas y otros animales ajenos al objetivo.
Unos programas de control prolongados y menos intensivos también pueden aumentar las posibilidades de que haya una cantidad insuficiente de cebo disponible cada día para garantizar que la población en su conjunto consuma una dosis letal de rodenticida.
Un peligro concreto existe en aquellos casos en los que las inspecciones y reposición de los puntos de colocación de cebos son menos rigurosas de lo que deberían ya que aumentarán las presiones de selección relativas a la resistencia tanto fisiológica como conductual.
Un buen conocimiento conductual
Como parte de un planteamiento de control integrado, los anticoagulantes siguen siendo la base más acertada y segura para el control de los roedores.
Sin embargo, la clave para su uso efectivo, tanto en el control de los roedores como en la salvaguarda de otro tipo de fauna, debe ser la administración de una dosis de rodenticida letal al mayor número de ratas y ratones posible y lo más rápido posible.
Unos programas de control y unos regímenes de colocación de cebos diseñados para obtener la máxima ventaja del comportamiento natural de los roedores son la mejor manera de garantizar el consumo más rápido y fidedigno de rodenticidas.
Conocimiento del comportamiento de las ratas
Los aspectos clave que han de tenerse en cuenta sobre el comportamiento de las ratas en la planificación y gestión de los programas más eficaces de control son:
- Alimentación nocturna
A menos que haya una superpoblación o que se vean trastornadas de manera seria, las ratas se alimentan prácticamente sólo por la noche, permaneciendo bien ocultas en madrigueras familiares durante el día.
Esto significa que sólo se llega a ver a una pequeña parte de la población, lo que hace que resulte fácil subestimar el alcance de las infestaciones y la cantidad de rodenticida, así como el número de puntos de colocación de cebos necesarios para el que control sea total.
- Neofobia
Como estrategia de supervivencia, las ratas son extremadamente cautelosas ante los objetos desconocidos, así como de la actividad humana y animal y de vivir al aire libre.
Esto significa que pueden ser muy cautelosas a la vista de nuevos contenedores de cebo y alimentos, evitándolos en un principio y consumiéndolos en cantidades muy pequeñas hasta que estén seguras de su seguridad.
- Instinto de alimentarse
Dada su inherente cautela, parece que a las ratas les gustan los alimentos que presentan distintos aspectos, texturas, sabores y aromas. Su agudo sentido del gusto y del olfato puede hacer que se muestren especialmente cautelosas ante alimentos con un fuerte aroma.
Esto puede limitar la apetencia y el consumo de cebos con una consistencia uniforme, especialmente si sólo tienen un aroma y hay otras fuentes alimenticias fácilmente disponibles.
- Actividad anual
Las ratas tienen unos ciclos de actividad anuales bien establecidos, enormemente relacionados con sus entornos particulares. Entran en el interior de los edificios en busca de alimentos y calor en el invierno; se aprovechan de los cambios específicos de actividad, suministro de alimentos y refugio durante todo del año y migran continuamente para reocupar territorios vacantes por los programas anteriores de control.
Además de convertirlas en seres oportunistas de gran éxito que requieren un control regular, esto ofrece una serie de oportunidades de temporada excelentes para el uso más eficaz de cebos rodenticidas.
- Hábitos regulares
Las ratas son criaturas de hábitos fijos, que se alimentan en dos o tres sitios que les son familiares y utilizan rutas establecidas y bien cubiertas para salir de sus madrigueras (normalmente en terrenos accidentados) hasta los puntos en los que se alimentan en el interior o alrededor de los edificios.
Esto significa que dejan claros signos de actividad a lo largo de unas rutas relativamente fáciles de identificar y que representan unos puntos perfectos para la colocación de cebos.
Conocimiento del comportamiento de los ratones
No obstante, viven casi exclusivamente en interiores y son muchísimo más curiosos que las ratas, investigando continuamente en lugar de evitar objetos nuevos.
Mientras que por un lado esto puede aumentar el peligro de contaminar los productos contaminados con rodenticidas, permite un uso mucho más amplio de contenedores seguros de cebo ya que raras veces provocan una reacción neofóbica.
Los ratones se alimentan de forma errática y esporádica, moviéndose rápidamente entre 20 puntos de alimentación diferentes o más cada noche y consumiendo sólo pequeñas cantidades en cada uno de ellos.
Esta estrategia es en todos los aspectos tan eficaz como la neofobia de las ratas ya que se aseguran de que no comen cantidades importantes de cada alimento hasta que no consideran que es seguro.
El éxito a la hora de controlar los ratones con rodenticidas depende más de la eficacia del cebo de que el animal se siga alimentando que de superar cualquier recelo inicial.
Control mejor planificado
La inmigración de los roedores para repoblar territorios libres de ratas y ratones gracias a los programas de tratamiento hace que el control sea un reto continuo. Y más aún cuando la subestimación de las poblaciones normalmente hace que el tratamiento del cuerpo de bomberos resulte insuficiente para alcanzar los niveles de control requeridos hoy día.
La colocación de cebos preventivos a largo plazo tampoco resulta una opción realista, tanto por el riesgo que supone para el resto de la fauna como por el peligro de promover una resistencia fisiológica por el consumo repetido de dosis subletales de rodenticidas.
En lugar de eso, la mejor estrategia moderna consiste en un ciclo anual de tratamientos en momentos clave del año en los que los roedores son más vulnerables y el sistema permite que el control sea el más seguro. El mejor momento para utilizar los rodenticidas es cuando hay la menor cantidad de comida alternativa disponible. Esto también reduce al mínimo el peligro de contaminar los productos almacenados.
Dado que las ratas se desarrollan mejor en entornos estables y se vuelven especialmente cautelosas con los cambios, el control será normalmente mejor si se realiza antes de que se produzcan grandes cambios en lugar de realizarlo durante o inmediatamente después de los mismos.
La mejora manera de realizar un control de roedores es planificándolo de modo que forme parte de una rutina de temporada bien establecida. Siempre deber ir acompañada de un control continuo de la actividad, buena higiene para eliminar toda fuente de alimentos alternativa y unos métodos de protección contra los roedores eficaces para que el entorno sea menos propicio para una reinfestación posterior.
Suficientes puntos de colocación de cebos
Disponer de un número suficiente de puntos de colocación de cebos resulta esencial para asegurarse de que la mayor cantidad posible de roedores consuma una dosis letal de rodenticida lo más rápido posible.
Es especialmente importante que exista una concentración suficiente de comida para ratas y ratones durante los períodos de actividad nocturna para que cada ser ingiera una cantidad de cebo suficiente sin que la competencia por acceder al mismo sea excesiva.
Una subestimación regular de las poblaciones de roedores propicia que haya mayores equivocaciones en cuanto al número de puntos de colocación de cebos disponible.
Esto es especialmente importante en el caso de los ratos dados sus hábitos erráticos y esporádicos de alimentación.
Buen emplazamiento de los cebos
Aunque ha quedado demostrado que la colocación de cebos en madrigueras externas es la mejor manera de controlar las ratas, puede representar grandes riesgos para el resto de la fauna.
Por ello, siempre que sea posible, lo mejor es colocar contenedores de cebo seguros entre las madrigueras y las ratoneras y las fuentes principales de alimentación. Para obtener los mejores resultados, el cebo debería estar ubicado lo más cerca posible de la madriguera y lo más lejos posible de otras fuentes alternativas de alimentación.
En el caso de las ratas, los contenedores de cebo siempre deberían colocarse a lo largo de sus bien establecidas trayectorias, las cuales son muy fáciles de identificar a partir de los signos característicos de actividad.
Deben escogerse aquellos sitios que las ratas consideran seguros como por ejemplo al lado de las paredes, en huecos y entre matorrales, dada su neofobia.
La ubicación precisa de los puntos de colocación de cebos es mucho menos importante en el caso de los ratones, donde la clave del control radica en contar un número suficiente en el área general de actividad.
Gestión eficaz de los cebos
El no reponer los cebos con la frecuencia debida es una de las razones principales para que el control de los roedores no resulte satisfactorio.
Esto junto con la retirada de los cebos antes de que la actividad de los roedores cese por completo impide muchas veces que la población al completo consuma una dosis letal de rodenticida.
Los puntos de colocación de cebos se deberían comprobar y rellenar siempre que resulte necesario cada 3-4 días preferentemente, y deben seguirse en todo momento las instrucciones indicadas en la etiqueta del producto.
Sólo una vez que el cebo haya dejado de utilizarse y que se haya inspeccionado a fondo y no hay signos de actividad de roedores, pueden retirarse y desecharse los cebos no utilizados siguiendo las instrucciones de la etiqueta del producto.
Control integrado
Los rodenticidas serán el punto central en la mayoría de los programas de control de ratas y ratones domésticos y comerciales.
Dado que un control parcial puede hacer que los programas no resulten más que un gasto inútil, además de utilizar los rodenticidas de la manera más eficaz posible, la colocación de trampas también puede resultar muy útil.
La colocación de trampas puede resultar especialmente eficaz para deshacerse de las pocas ratas y ratones que hayan podido sobrevivir por mucho que los programas de colocación de cebos se hayan gestionado bien.
Por tanto, pueden resultar una salvaguarda valiosa contra el desarrollo de una resistencia conductual o fisiológica
Signos típicos de presencia de las ratas
- Agujeros o madrigueras en terrenos accidentados, bancos de tierra y terrenos sin asfaltar
- Caminos muy trillados a lo largo de los lados de los edificios con manchas y pelos
- Excrementos en los sitos de alimentación, alrededor de las madrigueras y a lo largo de los recorridos de las ratas
- Daños por roídos y mordeduras en los materiales y edificios
- Huellas en superficies suaves y rastros de colas en el grano almacenado
- Un olor característico en las áreas cerradas
Resumen
Para lograr el mejor y más seguro control de ratas y ratones:
- Valore el creciente desafío impuesto por las presiones de la competencia en cuanto a la seguridad y a la creciente resistencia conductual.
- Conozca los elementos clave del comportamiento natural de los roedores que mejor puedan aprovecharse para garantizar que el control sea rápido, completo y fiable al máximo.
- Planifique e implemente programas de control regulares e integrados basados en la colocación eficaz de cebos rodenticidas en contenedores suficientes, bien ubicados y seguros.